viernes, 25 de noviembre de 2011

Ictus Cerebral

El Ictus cerebral, o accidente cerebrovascular , es la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro y en consecuencia al aporte de oxígeno que este necesita para funcionar, su efecto depende de la intensidad y de la zona cerebral afectada.
Aunque la mayoría se producen a partir de los 65 años, hasta un 15% de los casos se presentan en personas con menos de 45 años, como en los casos conocidos de las actrices Silvia Abascal o Sharon Stone.

Existen dos tipos de Ictus Cerebrales:
Ictus Isquémico: Se llama al proceso por el que el vaso sanguíneo se bloquea y deja de irrigar el cerebro.

Ictus Hemorrágico:   Se llama así al proceso por el que el vaso sanguíneo se rompe. El nombre de derrame  cerebral ,  que es la forma coloquial de llamar al Ictus cerebral puede provenir de este segundo tipo de ictus.
Podría decirse que este trastorno aparece sin avisar, pero en realidad no es así. La mayoría de las personas que tienen un accidente cerebrovascular  suele llevar tiempo con tensión arterial elevada, cifras de colesterol altas, historia de tabaquismo y otros malos hábitos.

Los síntomas que dan los accidentes cerebrovasculares son muy variables. En general pueden ir desde una disminución de la fuerza o de la sensibilidad en un lado del cuerpo, a cierta dificultad para expresarse o entender,  pérdida de visión, desviación de la mirada, desequilibrio, cefaléa muy intensa.
Ante cualquiera de estos síntomas, la persona debe acudir lo antes posible al hospital.

La atención precoz y especializada es necesaria para evitar grandes discapacidades.

En cuanto pasa la fase crítica se debe realizar una rehabilitación intensiva y prolongada.

Muchas de las complicaciones inmediatas tras el ictus están relacionadas con la movilidad, por lo que se recomienda la movilización precoz tan pronto como la situación clínica del paciente lo permita.

El inicio del tratamiento rehabilitador durante las primeras 24-72 horas tras el ictus,  no comporta riesgos para el  paciente , de hecho los pacientes que lo inician durante la primera semana tras el ictus tienen menor grado de discapacidad y más calidad de vida a largo plazo que los que inician más tarde.

La vuelta a casa tras el ictus,  es un proceso complejo y difícil para el paciente y su familia, pero esto nunca debe suponer una interrupción en la rehabilitación.

Las  secuelas del ictus no son sólo físicas y emocionales, sino también socio-familiares puesto que en muchos casos se ve afectada la participación del paciente en la vida  cotidiana .

Las asociaciones de pacientes y los grupos de ayuda mutua ofrecen un soporte inestimable a largo plazo que facilita la participación social tras sufrir un ictus.

La rehabilitación es un proceso limitado en el tiempo, cuyo objetivo es prevenir complicaciones y reducir el déficit neurológico a fin de conseguir la máxima capacidad funcional para facilitar la autonomía personal y la reintegración familiar y sociolaboral.
 Esta debe comenzarse tras la fase aguda para mejorar el resultado final y disminuir la discapacidad y la dependencia.

En La Rehabilitación Neurológica, la movilidad, la cognición y la conducta, son los aspectos con los que trabajan los profesionales en las personas que han  sufrido un ictus y  según el grado en que se hayan alterado estas funciones, se necesitará un tipo de tratamiento y un número diferente de terapias de  mayor  o menor  duración temporal del proceso de recuperación.

En la Rehabilitación Motora, además de la fisioterapia, proporciona gran ayuda la Estimulación Magnética Transcraneal de las áreas motoras del cerebro, la Biónica y la Robótica aplicada a las extremidades.
La recreación visual interactiva y simultánea, incorporada a los equipos de entrenamiento,   aumentan  la funcionalidad, restan monotonía a las terapias y facilitan las tareas a los fisioterapeutas, y psicomotricistas impulsando el proceso de recuperación.

En la Rehabilitación Cognitiva, son objetivos destacados la recuperación del habla, lenguaje, memoria, deglución, cálculo y escritura.

Es deseable que el paciente comprenda lo que se le hace para que se implique activamente  en el  tratamiento .
La falta de conciencia de la enfermedad dificulta considerablemente, el proceso rehabilitador.

Comparto con vosotros  una guía muy completa para pacientes de ictus y cuidadores. 

Espero que os sea de interés