lunes, 23 de junio de 2014

Como influye el envejecimiento en las caídas


Con la edad, se pierde musculatura, las articulaciones se desgastan, la columna vertebral se encorva, las plantas de los pies no sienten como antes las irregularidades del suelo, el paso se hace lento y más corto, y se tropieza con mayor frecuencia, porque cuesta más levantar los pies del suelo.

Al mismo tiempo, se pierde oído y vista disminuyendo la percepción de los obstáculos. La parte del oído interno responsable de mantener el equilibrio, también envejece, lo que favorece las sensaciones de vértigo, que desestabilizan la marcha.

Además, a edades avanzadas es más difícil compensar ciertos déficits ya que una persona que sufra vértigos, pero que tenga buena vista, podrá integrar en los ojos nociones de equilibrio que impedirán que se caiga, pero las posibilidades de este tipo de compensación disminuyen a medida que se pierde vista.

Por todas estas razones, los ancianos tienen mayores dificultades para caminar, y su equilibrio es más precario. Pero, afortunadamente se puede frenar los efectos del envejecimiento sobre la marcha


No dejar nunca de caminar, cueste lo que cueste. El sistema locomotor se atrofia a medida que deja de utilizarse. Hacer ejercicios de estiramiento de la espalda y de la columna cervical. Después, con los ojos cerrados, moverse hacia delante y hacia atrás, y pedalear en una bicicleta estática.

Para cuidar el esqueleto, la musculatura y las articulaciones, es necesaria una alimentación adecuada, rica en calcio y proteínas, pero que no añada kilos de más. Por otra parte, para poder seguir caminando, no hay que dudar en recurrir a una intervención quirúrgica de rodilla o de cadera si es preciso, de la misma forma que no hay que retrasar... una operación de cataratas para conservar la vista y no perder autonomía.