jueves, 18 de abril de 2013

Fraudes y engaños a personas mayores



Cualquier persona puede ser victima de los delincuentes, pero la tercera edad es uno de los sectores preferidos de estos, por su escasa posibilidad de defensa, y porque suelen pecar de confianza. 
Hay que  hacerles ver que deben adoptar una serie de medidas de protección para minimizar los riesgos y complicarles las cosas a los delincuentes.

Los tirones de bolso son uno de los delitos que más padecen, y esto no solo les conlleva a una pérdida material del dinero, documentos u otras pertenencias que lleven encima, sino que además supone un grave peligro de caída al intentar sujetar el bolso, con los consiguientes riesgos de rotura de cadera o algún otro traumatismo.

Los ladrones suelen vigilarles y cerciorarse de que llevan encima cantidades importantes de dinero, especialmente cuando salen del banco, ya que la mayor parte de los jubilados tienen por costumbre ir a sacar toda la pensión cuando cobran, por lo que es mejor no sacar grandes cantidades de dinero o pedir a un familiar o persona de confianza que les acompañe y esté pendiente de si hay alguien sospechoso en las inmediaciones.

Una buena práctica es domiciliar los recibos para no tener que ir a la entidad a pagarlos.

Los timadores muestran también predilección por los ancianos, y suelen colarse en las casas haciéndose pasar por revisores del gas o la electricidad realizando falsas inspecciones y cambiando piezas innecesarias, por las que cobran precios desorbitados, en el caso de las revisiones de instalaciones de gas o electricidad hay que pedir siempre la identificación y tener en cuenta que las compañías siempre avisan antes, además los servicios y las piezas no se pagan en el momento, sino en la siguiente factura.

Deben acostumbrarse a no abrir a desconocidos y es bueno tener una cadenita en la puerta.

Los mayores, utilizan cada vez con más frecuencia Internet, y la red es un territorio abonado para los fraudes, por lo que hay que advertirles que nunca hay que dar datos bancarios. Ninguna entidad pide esta información por correo electrónico y hay que fijarse en que las páginas que se visitan sean de confianza. 

Para combatir los timos telefónicos, en los que a través de una llamada pueden activarse servicios de pago, basta con desconfiar de los desconocidos y cortar la comunicación en cuanto surjan sospechas. "Los ancianos deben entender que no pasa nada por colgar el teléfono o decir que no les interesa una oferta determinada".

Desgraciadamente, todas las amenazas no vienen del exterior ya que los mayores sufren también fraudes por parte de familiares y allegados, que en ocasiones les vacían las cuentas con papeles que ellos han firmado sin saber qué estaban autorizando exactamente. 

El portal o el ascensor de su domicilio, son muy utilizados por los ladrones para abordar a sus víctimas cuando se encuentran solas, para sustraerles los objetos de valor empleando la fuerza, siendo en ocasiones bastante violentos. Por ello hay que evitar acceder a estos espacios junto a personas ajenas al edificio, y en caso de que algún desconocido adopte actitudes sospechosas no dudar en avisar a la Policía. 

También son frecuentes los robos en las propias viviendas de los ancianos porque estos han permitido el paso a desconocidos. Los cacos con la excusa de pertenecer a  alguna empresa para hacer alguna oferta comercial o alguna encuesta entran en el domicilio, y una vez dentro piden un vaso de agua o ir al baño para quedarse solos y así sustraer objetos de valor y dinero. La medida más eficaz a tomar ante estas situaciones, es no permitir el acceso a la casa a ningún desconocido. 

No llevar bolso, y si se lleva llevarlo  bien sujeto y la cartera en bolsillos interiores, no ofrecer resistencia si se produce un tirón para evitar que les derriben, no abrir la puerta ni permitir entrar en el domicilio a desconocidos y no sacar grandes cantidades de dinero en cajeros automáticos. Éstas son las principales recomendaciones de la Policía Nacional a las personas mayores para evitar que sean víctimas de robos.


miércoles, 3 de abril de 2013

Objetivo para el Día Internacional de la Salud: La tensión



La Organización Mundial de la Salud fue creada el día 7 de abril de 1948 y en conmemoración a ese día, cada año se elige un tema de interés prioritario para la salud pública mundial.






El tema de este año 2013 es la HIPERTENSIÓN.






Es importante controlarla, pues la hipertensión o tensión arterial alta aumenta el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal, además si va acompañada de otros factores de riesgo como la diabetes, el riesgo de que se presenten esas complicaciones es aún  mayor.

Uno de cada tres adultos del mundo padece hipertensión, aumentando esa proporción con la edad,  y siendo  la insidencia más alta en algunos países con ingresos bajos de África. Se cree que afecta a más del 40% de los adultos en muchos países de ese continente.

No obstante, la hipertensión se puede prevenir y tratar. 

La prevención y el tratamiento de la hipertensión, y de otros factores de riesgo cardiovascular, ha hecho que disminuyan las muertes por cardiopatías. 

El riesgo de padecer hipertensión se puede reducir adoptando mayor concienciación y comportamientos saludables como:

Disminución en la  ingesta de sal.
El seguimiento de una dieta equilibrada. 
Evitar el uso nocivo de alcohol.                                    
Hacer ejercicio físico con regularidad.
Manteniendo un peso saludable.
Evitando el consumo de tabaco.

El objetivo del Día Mundial de la Salud 2013 es la reducción del  número de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, promoviendo la toma de conciencia sobre las causas y las consecuencias de la hipertensión. Animar a la población a modificar los comportamientos que pueden provocar hipertensión, 
convencer a los adultos de que controlen su presión arterial periódicamente; aumentar el número de centros de salud en los que se puedan realizar chequeos de la tensión arterial; y alentar a las autoridades nacionales y locales a crear entornos que favorezcan comportamientos saludables.